Central nuclear de Chernobyl: conservación del cuarto reactor
Central nuclear de Chernobyl: conservación del cuarto reactor

Más de tres décadas nos separan de los trágicos eventos que ocurrieron el 26 de abril de 1986 en la central nuclear de Chernobyl. El terrible desastre ambiental provocado por el hombre, causado por la explosión del reactor nuclear de la cuarta unidad de energía de la central, conmocionó a todo el mundo.

A lo largo de los años, los expertos proponen decenas de versiones sobre las causas y consecuencias de la tragedia, se publican conclusiones de las comisiones de organizaciones internacionales, las conclusiones de las autoridades competentes, una tras otra, surgen en varias plataformas informativas, congresos profesionales que estudian y organizan la cooperación en el uso de la energía nuclear pacífica.

Todos se reduce a lo más importante: es necesario hacer los máximos esfuerzos a nivel internacional para evitar tales tragedias en el futuro. Con este fin, es necesario participar sistemáticamente en la implementación de una gama completa de medidas para adaptar los estándares en el campo de la seguridad del uso del átomo pacífico.

Una de las tareas que están en la agenda hoy en día, es prevenir al máximo la contaminación ambiental por los restos del reactor destruido.

El Sarcófago de Chernobyl: una tarea para toda la humanidad

Muchas organizaciones internacionales proporcionaron a Ucrania la asistencia no solo de carácter humanitario, sino que también se comprometieron a dar asistencia de alta tecnología para eliminar las consecuencias del desastre radiológico. Se trata de construir una nueva instalación única, la cubierta.

Su propósito es reemplazar el viejo sarcófago de hormigón que ya se encuentra en condiciones de emergencia, que fue construido apresuradamente para evitar una mayor contaminación ambiental. La nueva instalación, un confinamiento gigantesco que pesa más de 36 mil toneladas, recientemente pasó sus primeras horas de explotación.

Es una construcción única que, realizada con las últimas tecnologías, evitará la propagación de sustancias radiactivas que aún se contienen en la unidad de potencia. De acuerdo con el plan tecnológico, el nuevo sarcófago funcionará durante el próximo siglo.

El levantamiento de la instalación estratégica “Cubierta -2″se inició en 2012, con la participación de unos 3.000 empleados. Ingenieros destacados e técnicos nucleares de docenas de países trabajaron en esta instalación técnica súper moderna.

La construcción del nuevo confinamiento tuvo lugar lejos de los restos del reactor destruido, en un sitio especial, a unos cientos de metros de la antigua cubierta que había caído en desuso. Según el OIEA, el costo de la construcción ascendió a más de 2 mil millones de euros.

La seguridad es lo primero

Esta nueva instalación que ha pasado con éxito la implementación experimental en uso operativo no es simplemente otra cúpula protectora más.

En primer lugar, es un sistema de alta tecnología más complejo, con un techo de doble protección. Este mega sistema técnico fue instalado por especialistas de Alemania. El espacio entre las capas del techo, en el que se mantendrá el régimen climático necesario, tiene una función tecnológica importante.

Actuará como un material protector contra los efectos de las fluctuaciones extremas de temperatura. Además, los especialistas crearon prudentemente en este espacio un mayor nivel de presión, que a su vez excluye el escape de polvo radiactivo.

La fiabilidad del sarcófago se determina con bastante precisión: debería servir a la humanidad durante unos 100 años y resistir varios desastres naturales. La cooperación internacional en esta industria es un vívido ejemplo de las acciones humanísticas de expertos de Ucrania y Alemania como parte de actividades sistemáticas para luchar por la seguridad ambiental del planeta.